NUESTROS TRABAJOS

BENDICIÓN STMO. CRISTO

RETABLO CERÁMICO. EJECUCIÓN

SANTA TERESA Y SU ORACIÓN

5º CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE STA. TERESA DE JESÚS 2015

IGUAL DE VÁLIDAS SIGUEN SIENDO HOY ESTAS PALABRAS DEL YA BEATO JUAN PABLO II. SIGUE VELANDO POR NOSOTRAS, STO. PADRE

viernes, 24 de agosto de 2012

ITE AD JOSEPH


"Ite ad Joseph"

SAN JOSÉ PARA NUESTRA MADRE SANTA TERESA DE JESÚS


Con nuestra Santa Madre Teresa de Jesús puede decirse que la devoción a San José en la Iglesia Santa tomó un nuevo y grandísimo vigor, como no había tenido hasta entonces.
Traemos aquí, para su meditación y conocimiento, una selección de textos escritos por la Santa sobre San José, padre legal de nuestro Señor Jesucristo, en cuanto hombre, y verdadero esposo de la Madre de Dios, la siempre virgen María. 



1.- Y tomé por abogado y señor al glorioso san José y me encomendé mucho a él. Vi claro que, tanto de esta necesidad como de otras mayores, de perder la fama y el alma, este padre y señor mío me libró mejor de lo que yo lo sabía pedir. No me acuerdo hasta hoy de haberle suplicado nada que no me lo haya concedido (V 6,6).

Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, y de los peligros de que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece que les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; pero a este glorioso santo tengo experiencia de que socorre en todas, y quiere el Señor darnos a entender, que así como le estuvo sometido en la tierra, pues como tenía nombre de padre, siendo custodio, le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide.

2.- Y esto lo han comprobado algunas personas, a quienes yo decía que se encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que han comenzado a tenerle devoción, habiendo experimentado esta verdad (V 6, 6)


3.- Procuraba yo celebrar su fiesta con toda la solemnidad que podía, más llena de vanidad que de espíritu, queriendo que se hiciese bien y con muchos detalles, aunque con buena intención (V 6, 7).

4.- Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido a nadie que le tenga verdadera devoción y le haga particulares servicios, que no lo vea más aprovechado en la virtud; pues ayuda mucho a las almas que a él se encomiendan (V 6, 7).

5.- Creo que ya hace algunos años que el día de su fiesta le pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío (V 6, 7).

6.- Quien no hallare maestro que le enseñe a orar, tome a este glorioso Santo por maestro y no errará el camino. No quiera el Señor que haya yo errado atreviéndome a hablar de él; porque aunque publico que soy devota suya, en servirle y en imitarle siempre he fallado. Pues él hizo, como quien es, que yo pudiera levantarme y no estar tullida; y yo, como quien soy, usando mal de esta merced (V 6, 8).

7.- Un día, después de comulgar, Su Majestad me mandó con mucha insistencia que lo intentara con todas mis fuerzas, y me hizo grandes promesas de que se haría el monasterio, y que Dios se glorificaría mucho en él, y que su título fuese de san José, que él nos ampararía en una puerta y nuestra Señora en la otra (V 32, 11).

8.- Una vez estaba en un apuro del que no sabía cómo salir, pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció san José, mi verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara; y así lo hice, sin un céntimo. Y el Señor de modo maravilloso que asombraba a los que lo oían, me proveyó (V 33, 12).

9.- Al glorioso san José no vi con tanta claridad, aunque vi muy bien que estaba allí, como en las visiones que he dicho que no se ven (V 33, 15).
10.- Mas ¡ay, hijas!, encomiéndenme a Dios y sean devotas de san José, que puede mucho (Cc 28ª).

11.- Ya entonces yo oraba mucho a nuestro Señor, suplicándole que no me fuese sin dejarles casa (en Sevilla), y hacía que las hermanas se lo pidiesen y al glorioso san José, y hacíamos muchas procesiones (F 25, 3).

12.- Las hermanas habían pedido mucho a san José que para su día tuviese casa (en Burgos), y sin pensar que la tendrían tan pronto, se lo cumplió (F 31, 36).

13.- Los días primeros de pascua, u otros días de solemnidad, podrán cantar Laudes, en especial el día del glorioso de san José (Const 1, 3).

14.- Aunque tenga muchos santos por abogados, tengan particularmente a san José, que alcanza mucho de Dios (Av 65).

15.- No me hartaba de dar gracias a Dios y al glorioso Padre mío san José, que me pareció que él lo había traído, porque fray Pedro era Comisario General de la Custodia de san José, a quien me encomendaba mucho, y a nuestra Señora (V 3, 7)



El Carmelo Descalzo y San José

Por todo lo anteriormente expuesto no es de extrañar que la Reforma, a los ojos de la Santa Madre, tuviese por principal protector y patrono a nuestro amado San José.
Patriarca de la Fe, como un nuevo Abraham, y hombre de Dios y de profunda vida interior, era el más adecuado modelo para la  vida que la santa pretendía iniciar, o por mejor decir, dar continuación con sus cuatro primeras novicias el 24 de agosto del 1562. Por ello, el primer conventico que erigiera sería bajo la advocación de tan gran protector, S. José de Ávila, que hoy celebra su 450 aniversario, y si repasamos las advocaciones de nuestros conventos encontraremos que es la más numerosa, después de las advocaciones propiamente marianas. Así, S. José de Sevilla, San José de Guadalajara, San José de Batuecas, San José de Córdoba, San José de Pamplona, por nombrar sólo algunos.



No hay comentarios: